El rey Fernando I de Aragón, conocido con el sobrenombre de 'el de Antequera', ha muerto, aparentemente, víctima de una dolorosa enfermedad. Pero Enrique de Villena, consejero particular y primo del rey, además de científico, astrólogo, aficionado a la gastronomía y escritor, sospecha que ha sido envenenado. Entre quienes podían desear su muerte se encuentran políticos, religiosos y familiares: los candidatos derrotados en la lucha por la codiciada corona, los provenientes de estamentos religiosos por el Cisma de Occidente provocado por el papa Luna, y los más allegados por cuestiones amorosas. Testigo de las intrigas palaciegas que agitaban la vida de la corte a finales del siglo XIV y comienzos del XV, confecciona una lista de seis posibles sospechosos.