En el año 1517 María Esperanza, abadesa del monasterio de Nuestra Señora de Gracia de Madrigal, en Ávila, recibe un breve del papa Julio II que la reconoce como hija ilegítima de Fernando el Católico. Su vida cambiará a partir de entonces y buscará en el recuerdo la imagen de su madre, de cuyo lado la apartaron a los siete años de edad.Viajará de Madrigal a Bilbao y tendrá oportunidad de conocer a la reina Juana, la prisionera de Tordesillas, y a su media hermana, María, bastarda como ella. Oirá hablar de sus otros hermanos, conocerá a su sobrino Carlos I y sólo durante un instante, estará cerca de quien, según el breve papal, es su padre.