«Y en todas nuestras acciones, y máxime en las de los príncipes, en cuyo caso no existe tribunal que las juzgue, se analizan los resultados finales (...) El príncipe, que se ocupe de ganar y mantener el poder. los medios se considerarán siempre honorables y dignos de general alabanza. Y es que el vulgo se deja siempre llevar por la apariencia y el resultado final de las cosas, y en el mundo no hay más que el vulgo y unos pocos no tienen relevancia cuando la mayoría tiene donde apoyarse.» Estas palabras extraídas de la magna obra del pensador político italiano resumen una concepción del poder y de su ejercicio que la convirtieron, a pesar de ser concebida para responder a las circunstancias concretas del periodo que a su autor le tocó vivir, en un texto fundamental para comprender la evolución del Estado moderno.