Un accidente de avión es siempre un error del sistema. Tras el siniestro del Yak-42 apareció una cadena viciada y plagada de aristas que demostró que el proceso normal de investigación tras un accidente es mucho más complicado cuando el ejército es protagonista del mismo. Yak -42: «A sus órdenes, ministro» supone una revisión en profundidad de la peor catástrofe sufrida por las Fuerzas Armadas españolas en la historia de la democracia, aportando nuevos materiales documentales sobre la falta de control al que estuvo sometido aquel vuelo. En sus páginas se ofrece un riguroso estudio de los factores que rodearon el viaje, así como de los equilibrios a los que estuvo sometida la relación político-militar en los últimos momentos del gobierno de José Maria Aznar y de la actuación de quienes estaban encargados de gestionar una crisis que marcó a fuego un antes y un después en el sentir militar. Todo ello sin perder de vista los retos que deben asumir en el futuro inmediato las Fuerzas Armadas ante cuestiones como la adecuación técnica en las nuevas misiones de paz, la externalizacion de servicios, un proceso de modernización que no acaba de arrancar o las salpicaduras que la crispación política arrastra a unos cuarteles en los que aún se llora la muerte de 62 compañeros en un avión al que nunca debieron haber subido.