Un Federico Fellini anciano que sufre de insomnio se despierta cada madrugada y da largos paseos por la ciudad de Roma, mientras espera el amanecer. En ocasiones sueña. Entonces agarra uno de sus cuadernos y dibuja esos sueños tal y como lleva haciendo desde hace casi treinta años por recomendación de su psiquiatra. Durante sus salidas le vienen a la memoria recuerdos relacionados con la zona de Roma por donde camina; cuenta anécdotas de su llegada a la Ciudad Eterna, cuando intentaba sobrevivir por los alrededores de la estación Termini, de sus inicios como caricaturista callejero en Via Veneto, de su entrada en la revista satírica Marc’Aurelio, de la guerra...