El escritor Carlos Zanón retrata su ciudad más íntima y la artista Lara Costafreda ilustra el lado humano y cosmopolita de esta capital mestiza, culta, contradictoria y en permanente sensación de cambio.
«Con Barcelona uno no puede enfadarse mucho tiempo porque todo lo bueno o malo que hace es sin intención ni voluntad. Nerviosa y electrificante, golfa, pirómana y asustadiza, adicta al romanticismo de salón, la épica wagneriana y el folletín sin final de novela burguesa. »