LA NUEVA NOVELA DE LA AUTORA DE LA HIJA DE LA ESPAÑOLA,
el último fenómeno de la literatura en castellano: traducida en 26 países y comparada con Borges y Coetzee por la crítica internacional
«Sencillamente magistral.»
Fernando Aramburu
Llegué a Mezquite buscando a Visitación Salazar, la mujer que sepultó a mis hijos y me enseñó a enterrar a los de otros. Caminé hasta el fin del mundo, o donde yo creí que el mío había acabado.
Todo ocurre en una frontera, la que separa la sierra oriental de la occidental. Angustias Romero huye de la peste con su marido y sus dos hijos atados a la espalda. Los gemelos, sietemesinos, mueren en el trayecto, y, tras guardarlos en sendas cajas de zapatos, el matrimonio se dirige a enterrarlos en El Tercer País, el cementerio ilegal regentado por la mítica Visitación Salazar. Abandonada por su marido, Angustias luchará junto a la sepulturera contra un entorno hostil donde la única ley la dictan quienes van armados, donde el tiempo lo marcan los peces, las fiestas y los misteriosos juguetes que alguien deja sobre las tumbas de los dos niños, mientras el peligro y la violencia crecen hasta el último minuto borrando los límites entre la vida y la muerte.
La hija de la española fue la revelación de la literatura en castellano, traducida a veintiséis idiomas y comparada por la crítica con Borges y Coetzee. Con El Tercer País, Karina Sainz Borgo confirma su talento, y su pertenencia a una nueva literatura latinoamericana que que está conquistando a lectores de todo el mundo y funde el thriller, el western, la tragedia clásica y la herencia de los maestros del boom.
La crítica ha dicho:
«Una novela cruda y fronteriza, con aroma a literatura del 'boom', donde explora de qué es capaz el ser humano cuando ya no tiene nada que perder.»
Andrés Seoane, El Cultural
«Sainz Borgo escribe a balazos, con estructuras cortas -ya sean frases, párrafos o capítulos- efectivísimas que atrapan y queman como tragos de absenta Rodnik. [...] Una novela magnífica que, en dos tardes, engullí con mucho gusto. Enhorabuena, querida K.»
Jesús Fernández Úbeda, Zenda
«Una novela feroz, con una descarga de imágenes potentísima. Sugerente en grado sumo y plagada de asombro. La realidad interpela a la autora y, ella, lejos de corregirla, perfecciona el modo de entablar un diálogo con lo incómodo. Estar mal en el mundo, huyendo y librando combates, es la peor de las rutas vitales... pero se trata del viaje que ha preparado para nosotros, sus lectores.»
Ángeles López, La Razón
«Estoy disfrutando mucho con esta novela. Y a la vez sufriendo. Tengo el estómago dolorido porque cada página es un puñetazo.»
Carlos Alsina, Más de uno (Onda Cero)
«Un gran relato. Duro, pero necesario. Sólido y claramente literario, sin concesiones. [...] Yo no sé si el lenguaje que usa existe realmente en algún lugar. Creo que ha de ser inventado, pero no puedo saberlo.»
Félix de Azúa
«No exagero, esta novela es lo más auténtico y poderoso que he leído últimamente. Resuenan García Márquez, Vargas Llosa o Juan Benet. [...] Karina es una escritora total, absolutamente sumergida en la literatura. No es habitual encontrarse esto, aunque pueda parecer lógico.»
César Suárez, Telva
«Esta historia no ha sido concebida para ser leída, sino para adentrarse en ella a pulmón, sin poder respirar hasta la palabra "fin". [...] Karina Sainz Borgo escribe esta novela como escribió la internacionalmente celebrada La hija de la española, a bocanadas, emergiendo de las profundidades de la Literatura solo para tomar aire y volver a sumergirse despacio a un universo personalísimo, porque sus bolsillos, cargados de piedras singulares, son difíciles de vaciar. Una novela valiente, pues defiende un mundo literario que no aspira a complacer a nadie, sino a contar una verdad profunda.»
María José Solano, Zenda
«Karina Sainz Borgo habla sacando las palabras de las vísceras más secretas. Gasta un discurso frontal. No busca cómplices, y tampoco teme al desacuerdo. Camina a solas por el frente del periodismo y la literatura [...] Una historia que es denuncia, y es desafío, y es extrema.»
Antonio Lucas, El Mundo
«Una escritora árida, violenta, sombría. Cruda. Inhóspita. Desagradable. En eso trabaja: en lo cruel de la vida. En lo perverso. En lo injusto. En lo desapacible. Una escritora que construye imperios de carne y palabras sobre tierras secas, devastadas, infértiles, tierras arrasadas por lo funesto, por lo trágico, por lo poderoso e ilegítimo; pero, a pesar de ello, tierras en las que aún combate. En las que aún eleva la frente, sola