El libro que tenéis en las manos, Educar en tiempos difíciles, es un conjunto de conversaciones en torno a la máquina de café de la escuela, en las pausas que tenemos los docentes en nuestra jornada. Va dirigido en particular a los maestros y maestras, y, en general, a todas las personas a las que les preocupa la educación, ese auténtico puente entre la interioridad y la exterioridad, la propia personalidad y una ciudadanía justa y sostenible, que quiera superar la indigencia de una democracia hoy en asedio por la mentira y la desvergüenza.
Los docentes debemos comprometernos a que nuestros alumnos consigan ser resistentes a las lecturas simples de una realidad dominada por noticias falsas y mentiras interesadas, que pretenden manipular y desinformar. Debemos activar el pensamiento crítico de nuestros alumnos, porque educar debe ser una forma de resistencia a la manipulación, al olvido, a la injusticia y a la prohibición de soñar. Todo proyecto educativo debe empoderar la trayectoria vital individual y, al mismo tiempo, asegurar una ciudadanía crítica, creativa e inclusiva. La escuela ha de aportar igualdad en la diversidad para potenciar la libertad del alumnado, la capacidad de crear deseos inteligentes, su sensibilidad y la gestión de sus fracasos.
Aspiramos a formar a alumnos resistentes a la adversidad, que sepan hacer del fracaso un aprendizaje y una oportunidad de guiar, con buen juicio, sus vidas, de forma autónoma, con el afán de perseguir el bien común.