Debido al momento histórico en el que surgen, las religiones aparecen marcadas por fuertes insistencias mentales (primacía de los conceptos y de las creencias, con sus secuelas de dogmatismo y absolutismo) y mítico-egoicas (etnocentrismo, pretensión de ser la única verdadera, enfrentamientos, proselitismo, intolerancia...). Fueron vehículos transportadores de la espiritualidad, pero la terminaron ahogando.
Por otro lado, la cultura moderna, como revancha frente al absolutismo religioso, y seducida por el señuelo de una razón endiosada, ha promovido un reduccionismo chato, absolutamente empobrecedor de lo humano.
Más allá de la religión y más allá de lo culturalmente correcto, la espiritualidad -reconocimiento de la dimensión profunda de lo real- es el camino y la vivencia de la plenitud, de la sabiduría y de la compasión. Ello implica favorecer el paso de la religiosidad excluyente a la espiritualidad inclusiva. Porque, mientras la religión enseña doctrinas a las que asentir, la espiritualidad señala instrucciones para poder experimentar el Misterio que somos. La primera ofrece mapas; la segunda invita a entrar y recorrer directamente el Territorio.
Enrique Martínez Lozano (Guadalaviar, Teruel, 1950), es psicoterapeuta, sociólogo y teólogo. Tiene el don de articular psicología y espiritualidad de un modo sencillo, a la vez que profundo y eficaz, potenciando el crecimiento personal y la experiencia de la más genuina espiritualidad, desde la atención a nuestro peculiar momento de transformación cultural.
www.enriquemartinezlozano.com