Los etruscos, un pueblo de una cultura y una tecnología exquisitas, habitaron el territorio situado entre Roma y Florencia durante casi mil años. Aunque fueron finalmente absorbidos por el Imperio romano, dejaron tras de sí un importante legado a la civilización occidental. En la Antigüedad eran considerados como un pueblo próspero, refinado, amante de los banquetes y las diversiones y profundamente religioso. Poseían además una amplia cultura literaria, pero sus textos no han llegado hasta nosotros, por lo que sólo podemos conocer sus mitos y leyendas gracias a su producción artística. Sus interpretaciones de las escenas de la mitología griega dan cuenta de sus particulares y llamativas creencias, que reflejan la importancia en la religión etrusca de los sacrificios humanos, las deidades femeninas y los demonios.