Las cosas podrían haber sido muy distintas. Sus comienzos auguraban una carrera eclesiástica de primer orden: su formación ante los ojos del papa en la elitista institución romana del Collegium Germanicum, su ordenación sacerdotal en Roma, la sonada tesis doctoral en París, su precoz cátedra de teología fundamental a los treinta y dos años y, finalmente, su intervención como perito en el concilio Vaticano II. Pero la elección de Hans Küng fue otra. Optó por la libertad en lugar de acomodarse, prefirió el compromiso con la verdad al sometimiento. En este personalísimo recorrido por las cuatro primeras décadas de su vida, en el que abundan los datos, análisis y reflexiones, Hans Küng nos relata cómo el alumno modélico y el cardenal en potencia se convirtieron en el hombre que conquista su libertad dentro de la Iglesia, pero también contra ella.
En el primer volumen de su biografía, Hans Küng nos habla de su juventud en Suiza, de la decisión de hacerse sacerdote, de sus dudas y batallas en Roma y en París, así como de sus vivencias en el mundo académico alemán, en especial en la universidad de Tubinga. Pero la experiencia determinante de su vida fue sin duda el concilio Vaticano II, en el que Küng participó como joven asesor en teología y cuyas luchas entre bastidores nos narra con autenticidad como uno de sus testigos finales. Con agudeza analítica a la vez que con apasionamiento, el libro relata sus encuentros con presidentes como John F. Kennedy, con papas como Juan XXIII y Pablo VI, con grandes teólogos como Karl Barth y Karl Rahner, además de sus viajes por todo el mundo.
Tenemos ante nosotros la vida de un cristiano que ha sabido defender un cristianismo como el de Jesús, sin sentirse encorsetado por ninguna clase de tutela de la Iglesia oficial, y alcanzando una libertad conquistada, y no regalada.